Así no

   Acaban de presentarse los presupuestos generales del estado para 2013 en España. No hay sorpresa.

Se insiste en recortar los presupuestos justo donde no debe hacerse nunca, y meno aún en situación de recesión como la actual.

O no lo entiendo yo o no lo entienden los dirigentes políticos y económicos.

Para salir de la crisis en mejores circunstancias que cuando entramos es preciso un cambio radical en el modelo de crecimiento. Para ello es básico invertir más en educación y ciencia. Hay que apoyar a los innovadores, no hundirlos.

La inversión en sanidad también es prioritaria, por ello no es de recibo ningún recorte adicional en ese apartado. Eso sí, hay que buscar la mayor eficiencia posible en cada euro destinado a esto. Y no, esto no se consigue privatizando la sanidad, ni cediendo la gestión al sector privado.

Esos recortes que anuncian en el número de diputados en los parlamentos regionales, e incluso la supresión de las retribuciones fijas a los diputados, representan unos ahorros insignificantes. Son un claro ejemplo de medida demagógica.
Nuestro problema no es que haya 100 diputados o 200, sino el uso que hagan de los recursos públicos. Por supuesto que hay que controlar sus conocidos desmanes a la hora de pagar con nuestro dinero sus comilonas, sus gastos de teléfono, etc; pero donde de verdad hay que insistir es en el control del dinero que dilapidan en gastos innecesarios, superfluos (aparcamientos públicos cerrados, aeropuertos sin aviones, carreteras que no van a ningún lugar,subvenciones a organizaciones dudosas, partidos políticos, sindicatos...construcción de parques de atracciones varios, pago de estudios copiados de la wikipedia en el mejor de los casos...)

Hay que advertir también de la dimensión europea de la crisis, que no es solo española,portuguesa o griega. Debemos exigir también a los dirigentes europeos que afronten el problema con una visión menos miope de la que ahora tienen.
El euro y las economías menos fuertes seguirán padeciendo los ataques del "mercado" mientras las debilidades del sistema sigan vigentes (no es posible mantener una moneda única y 25 sistemas fiscales diferentes; la regulación del sistema financiero debe ser uniforme...)
No es de recibo que se reúnan un día y alcancen un acuerdo para decir una semana después que no se va a cumplir con lo acordado.

Están jugando con fuego; la capacidad de resistencia de la población tiene un límite que cada vez está más próximo. Las movilizaciones de los últimos días son un claro ejemplo. En condiciones normales, un llamamiento a rodear el Parlamento y asaltarlo serían algo totalmente rechazable; pero ahora mismo, con un ejecutivo que reconoce abiertamente que está haciendo exactamente lo contrario de lo que proponía en el programa electoral con el que ganó las elecciones, con un desempleo que supera el 25% de la población activa (más del 50% entre los jóvenes) como mínimo debo decir que les entiendo.