viernes, 21 de septiembre de 2012

Religión , ¿para qué?

   Algún día habrá que dar un paso adelante y dejar atrás aquello que, como las creencias religiosas, nos impide avanzar , evolucionar.

Estos días no cesan de llegar hasta nosotros noticias que ponen de manifiesto el lastre que para la humanidad representa la religión.

Algo tan ridículo como una película de lo más cutre en la que se hace burla del Islam, ha provocado una ola de manifestaciones, ataques, disturbios, agresiones y muertes de personas.

No es un problema exclusivo de dicha creencia, pues los ejemplos de reacciones semejantes los podemos encontrar en cristianos, judíos, etcétera...

En serio, ¿cómo es posible que la publicación de unas tiras cómicas provoque ataques a editoriales, embajadas, amenazas de muerte...?

Lo que es en cierto modo aún peor, es la condescendencia con la que se trata a esas reacciones; se pone en tela de juicio la libertad de expresión por hacer humor con temas religiosos.

Es patético.Los mismos periodistas y políticos que en un momento dado critican y atacan una determinada creencia religiosa(la católica para ser más preciso), se hacen un lío tremendo tratando de defender la libertad de expresión al tiempo que condenan los insultos a otra creencia religiosa( en este caso la musulmana).

Seamos claros. Una película,viñeta,libro,artículo...puede ser criticado. Se puede alegar que es de mal gusto, o rebatir los argumentos que se den con otros que defiendan posturas opuestas.
Pero esas turbas de exaltados que se dedican a manifestarse violentamente, de forma verbal o física, no son admisibles, ni respetables. Hay que acabar con ese tópico tan extendido de la "tolerancia religiosa"

Las creencias religiosas no deben estar por encima de la ley, del derecho, de la razón,de la ciencia,de la libertad.
Para empezar, son CREENCIAS, no certezas, ni hechos. Ninguna religión,NINGUNA, es más que una construcción intelectual del ser humano. Hay cientos de religiones, y absolutamente todas, desde la más minoritaria a la que más fieles reúna, deben ser tratadas por igual: como una manifestación cultural, flolcórica. Han de ser estudiadas como lo que son,por su influencia en nuestra historia; pero no se les puede permitir ni un segundo más que sigan condicionando nuestra vida.

Demos un paso adelante. Dejemos atrás lo que nos lastra.




sábado, 15 de septiembre de 2012

Una diferencia entre humanos y animales

   ¿Cual es el motivo de que se acepte sin demasiadas reservas el sacrificio de los animales cuando están gravemente enfermos y no tienen posibilidades de cura? ¿Por qué no ocurre lo mismo con los seres humanos? ¿No sufrimos la enfermedad y el dolor al menos en la misma medida que ellos?

Peor aún, nosotros podemos decidir sobre el destino de nuestras mascotas, y sin embargo no somos libres para decidir sobre nuestra propia vida.

A nadie se le puede forzar a poner fin a su vida porque esté enferma; pero si alguien decide que ya ha vivido lo suficiente y que no desea seguir padeciendo, su voluntad debería ser respetada.


lunes, 10 de septiembre de 2012

La epidemia nacionalista

   Uno de los mayores defectos que puede tener una persona es ser nacionalista.

No me refiero a sentirse miembro de una nación, o sentir un afecto especial por lo referente al lugar donde uno nace. Estoy hablando de hacer del lugar de nacimiento una ideología.

Hay una serie de características que se pueden aplicar a prácticamente todos los nacionalismos:

- su pedacito de Tierra es el mejor del mundo

- siempre hay otra nación que los tiene sometidos

- si algo no funciona en su economía es culpa de la nación que los tiene sojuzgados, detrayendo recursos que les pertenecen para repartirlos a otros lugares del país

- si no les apoyas en sus ideas nacionalistas/independentistas eres su enemigo, un fascista...

No acabo de entender cómo es posible que estas ideas tengan cabida a estas alturas de la historia. Deberíamos estar trabajando todos juntos para hacer del mundo algo mejor. Integrar y no dividir. Y lo que me sorprende más es que personas que en otros ámbitos son inteligentes, sensatas, razonables, se dejan llevar por las ideas nacionalistas.

Es realmente patético ver a los nacionalistas envolverse en sus banderas. Lo que hacen de ellas es un "arma", un medio para agredir a otros. Se apropian de los símbolos y expulsan a los que no comulgan con sus ideas de  su uso.

Pues bien, para que les quede claro:

- ningún país es mejor que otro

- en un territorio dado (un continente, un país, una región, una ciudad...) siempre habrá zonas más o menos ricas, más o menos productivas, más o menos desarrolladas; y esa riqueza que se detrae de las zonas mejor situadas económicamente y que se destina las menos favorecidas, NO es un expolio, no es un robo...es SOLIDARIDAD. Lo mismo sucede con los impuestos, son o deberían ser proporcionalmente mayores para los que más ricos son...

- los que criticamos las ideas nacionalistas no atacamos a tal o cual país, lengua o cultura; por ejemplo, no es lo mismo ser anticatalanista que anticatalán, por mucho que lo repitan.







martes, 4 de septiembre de 2012

Lo que nos diferencia de los criminales de ETA

   El post de hoy viene motivado por la excarcelación del terrorista Bolinaga, pero entiendo que es aplicable a cualquier otra situación similar.

Posiblemente a los que fueron víctimas de la actuación desalmada de un delincuente como el personaje en cuestión, se les revolverán las tripas al ver cómo sale de prisión sin haber cumplido la totalidad de la condena que en su momento se le impuso. Y les entiendo.

Estos desalmados amenazan, roban, extorsionan, secuestran, mutilan y matan a personas que por definición siempre serán inocentes, y siempre serán las únicas víctimas del terrorismo. No muestran ningún indicio de tener sentimientos humanos respecto a nadie que no comulgue con sus ideas. (este tipejo en concreto tuvo secuestrado a Ortega Lara durante meses en un zulo, y pretendía dejarlo morir de hambre tras ser detenido negándose a colaborar para localizar el lugar donde tenían a su víctima secuestrada y torturada).

Pero nosotros, todos los demás, no somos como ellos. Somos mejores.

Si una alimaña como él está enferma hasta el punto en que se le calculan tan solo algunos meses de vida por padecer una enfermadad incurable, aplicamos la ley y ponemos nuestra humanidad por delante de cualquier otra consideración; y les permitimos pasar sus últimos días en su casa, fuera de la cárcel (pero por supuesto bajo supervisión policial y médica).

Lo fácil sería negarles este gesto de clemencia que ellos nunca tendrían; pero nosotros no hacemos algo porque sea más fácil o más difícil, sino porque es más justo y humano.